El pan elaborado de harina y cereales, constituye uno de los alimentos que deben estar presentes en la dieta, aportando nutrientes, aunque no más que otros alimentos como frutas, verduras o derivados animales, con los que se debe equilibrar y acompañar.
Es un alimento consumido desde los tiempos de Cristo y se hace mención en la Biblia como un tipo de sacramento. Desde entonces está presente en la mayoría de hogares del mundo. Es importante conocer sus propiedades y sepas si estás haciendo un buen empleo de él en tu alimentación. Según las estadísticas llega a ser el alimento número uno en cuanto a la frecuencia con la que se come. Quizá por ello siempre ha surgido el mito acerca de que el pan engorda.
El pan y sus propiedades nutricionales
Para el apartado de los beneficios del pan nos centraremos en los tres tipos más consumidos, siendo unos más saludables que otros. Hablamos del pan blanco, pan de centeno y pan integral, habiendo características interesantes en cada uno.
El pan blanco es el que comúnmente encontramos en rebanadas y varios tipos mezclados con dulce. Está elaborado de harina de trigo, y es pobre en fibra como en vitaminas y minerales. El pan integral está elaborado al igual que el blanco, de harina de trigo y otros granos. La gran diferencia entre el pan blanco e integral es que los granos están sin refinar en este último.
Para conseguir el color blanco del pan, los granos deben refinarse, donde se eliminan muchas partes de los granos, así como varios nutrientes. El pan integral, por lo tanto, está en un estado más puro y con mejores beneficios.
El pan de centeno, aunque no es muy conocido, aporta más nutrientes que el blanco, es muy rico en fibra y minerales como el sodio, potasio y magnesio, además de vitaminas como ácido fólico y B1. Podremos reconocer este pan por su color oscuro, tanto en la miga como en corteza, junto con un sabor levemente amargo, y textura más seca.
Los nutriólogos y varios expertos en salud, han comentado el tema sobre qué tanto peso se puede aumentar con el pan, estando entre los tantos mitos de los alimentos que engordan, olvidando que es muy rico en vitaminas, y minerales. La fibra que contiene, es uno de los grandes protagonistas de este alimento, pues ayuda a tener una mejor digestión y a combatir estados de estreñimiento que hacen que luzcamos con más peso, por la retención de heces. Los niveles de triglicéridos y colesterol alto que nos pueden causar molestias, pueden ser reducidos por los distintos aceites esenciales de sus granos.
Los carbohidratos también están presentes, siendo los de digestión lenta los presentes en el pan tanto de centeno como integral. Al tener este tipo de metabolismo lento tienden a subir menos los niveles de azúcar en la sangre y ofrecer una sensación de saciedad que dura más tiempo que cuando consumimos pan blanco.
¿Qué tanto engorda el pan?
El pan sí engorda, si vas a optar por una dieta donde consumes grandes cantidades y del tipo de pan equivocado, además de combinarlo con comidas muy abundantes en grasa.
El pan de centeno e integral no causan un aumento de peso, por su bajo nivel de calorías y múltiples beneficios. Del pan blanco no podemos decir lo mismo, pues por su contenido de harina refinada y pocos nutrientes, tiene una mayor cantidad de calorías.
Se calcula que una rebanada de pan blanco contiene 250 calorías. El ser humano con una vida sedentaria necesita unas 2500 calorías diarias. Al existir una mayor demanda de energía, por una mayor actividad física y mental, se necesitará de un mayor nivel de calorías, pues es de las calorías y carbohidratos de donde obtenemos la energía para nuestras células.
Si eres un consumidor habitual de pan blanco, te animamos a probar otras opciones como el integral o el poco conocido centeno. Si ya los incluyes, excelente por tu salud y condición física. Estos tipos de pan también crean una mayor saciedad del apetito.
Un estudio acerca del pan blanco, basándose en los resultados obtenidos, llegó a la conclusión acerca de una mayor obesidad central o visceral por consumir grandes cantidades de este pan, así que ojo con eso.
No debemos abusar del pan, algo que es difícil teniendo en cuenta su rico sabor. Lo que sí es cierto, es el gran error que se comete al acompañarlo con alimentos ricos en grasa, como manteca, mermeladas, mantequilla de maní y otra comida. El pan debe acompañarse con comidas poco pesadas.
Los nutriólogos aconsejan consumir una o dos porciones de pan al día, tratando en lo menos posible que sea blanco. Lo ideal es iniciar nuestro día con una buena ración de pan para aportar la energía necesaria y unas buenas reservas de glucógeno para soportar las distintas actividades diarias.
El pan dulce es otro al que debemos hacer mención. Es blanco, y ya con eso, le agregan una gran cantidad de azúcar, que en exceso se convierte en grasa, dentro de nuestro organismo. Si gustas disfrutar de este pan, no está mal que comas uno de vez en cuando, sin abusar y comerte dos o tres diarios.
También haremos un apartado para hablar del pan tostado. Donde pasa algo muy curioso, ya que se dice que el pan tostado tiene más calorías que el normal, esto puede ser quizá por el proceso de calor al que es expuesto, donde las grasas buenas pueden sufrir una transformación.
Como podemos ver, luego de repasar las distintas ventajas y desventajas del pan, diremos que engorda en exceso, especialmente en panes con bajo contenido de fibra y otros granos. Debes incluirlo en tu dieta si o si, sabiendo elegir el mejor para tu salud. Lo mejor para tu salud es que vayas disciplinándote a comer lo necesario e incluir frutas, verduras, cereales, pan, carnes como fuentes de energía y una adecuada alimentación. Así que disfruta de una aceptable porción de pan, sin quedar con algún remordimiento y preocuparte por crear unos kilos de más.