Medicamentos
Desde un simple dolor de cabeza, hasta el tratamiento para la diabetes o la hipertensión, los medicamentos forman parte de nuestra vida y todos nosotros en algún momento hemos tenido que recurrir a ellos. Aunque los fármacos son de gran ayuda en el tratamiento de diferentes enfermedades y padecimientos, lo cierto es que algunos de ellos pueden producir efectos secundarios de los cuales no teníamos ni la menor idea.
Entre estos efectos secundarios nos encontramos con el aumento de peso. Si bien se sabe que algunos medicamentos pueden provocar que aumentemos algunas libras, existen ciertos grupos de medicinas que por su uso prolongado pueden provocar lo que se denomina como “obesidad secundaria” que significa un aumento del peso corporal de la persona que no está relacionado con la ingesta de comida.
En el punto anterior no hay que alarmarse demasiado, ya que solamente un 1% de la población es proclive a desarrollar obesidad por causa de medicamentos. No obstante, en relación a si los medicamentos engordan, podemos decir que efectivamente algunas medicinas pueden hacernos aumentar de peso.
Los medicamentos
Los medicamentos se pueden clasificar según el efecto que tienen en nuestro cuerpo; algunas medicinas tienen la cualidad de bloquear determinadas funciones corporales con el fin de brindar alivio a algún síntoma o condición que se produzca en el cuerpo derivada de esa función. En este sentido, cabe recordar que no todos los medicamentos que utilizamos van a llevarnos a aumentar de peso. Los fármacos que sí pueden hacerlo son los que se clasifican en los siguientes grupos:
- Los medicamentos que se producen en base a hormonas sexuales.
- Medicamentos producidos en base a hormonas de las glándulas suprarrenales.
- Medicamentos con base a insulina.
- Medicamentos cuya acción se produce a nivel del sistema nervioso central.
Una vez hemos definido los grupos de medicamentos que pueden llevarnos a aumentar de peso, haremos énfasis en los tipos específicos de fármacos que se encuentran en cada categoría.
Anticonceptivos orales
El aumento de peso provocado por el consumo de anticonceptivos orales es conocido por todos, incluso se describe como un posible efecto secundario en los prospectos de estos medicamentos. Pero vale la pena mencionar que no todas las pastillas anticonceptivas provocan un aumento de peso significativo, aunque es más probable en aquellas que están elaboradas en base combinaciones de hormonas, principalmente aquellas que incluyen un estrógeno y una progesterona.
De acuerdo a diversos estudios también se ha podido determinar que este aumento de peso no tiene que ver con acumulación de grasa, sino más bien con retención de líquido; de igual forma el aumento de peso se ve limitado solamente a los primeros meses de uso de los anticonceptivos orales, con una ganancia de 2 a 3 kilos, posteriormente el cuerpo se estabiliza y el peso se mantiene.
Actualmente con la aparición de los anticonceptivos de baja dosis, la cantidad de hormonas que ingresan al cuerpo es menor, por lo que el aumento de peso derivado de estas también es menos notorio. Lo que se debe tener en cuenta con respecto a estos medicamentos, es que al suspender su uso, se podrá ver rápidamente la disminución del peso que había sido ganado por su causa.
Corticoides
Las glándulas suprarrenales se encuentran localizadas justo encima de los riñones y su función es producir hormonas que son liberadas al torrente sanguíneo; algunas de estas hormonas son el cortisol, la adrenalina y noradrenalina, la aldosterona y en menor cantidad también se producen esteroides androgénicos que posteriormente se convertirán en hormonas femeninas (estrógenos) o masculinas (andrógenos).
Todas estas hormonas nos ayudan a mantener regulada la presión arterial, hacer mejor uso de las grasas, proteínas y carbohidratos en el cuerpo, mantener la libido y principalmente a que nuestro cuerpo responda mejor a situaciones de estrés.
Algunas enfermedades alérgicas o infecciosas como el asma, el reumatismo, las dermatitis y otras enfermedades cutáneas, necesitan de tratamientos a base de corticoides, un tipo de esteroide. Los corticoides tienen acción directa sobre las glándulas suprarrenales, por lo sus efectos secundarios pueden llevar a que el cuerpo tenga más dificultad para asimilar las grasas o el sodio que ingerimos, con el consiguiente aumento de peso; no obstante, esta situación también se resuelve cuando se suspende el tratamiento.
Medicamentos para la diabetes
Las inyecciones frecuentes de insulina pueden conllevar a un aumento de peso en el largo plazo, principalmente por su acción sobre las funciones del páncreas y el hígado. No obstante, este aumento de peso también tendrá mucho que ver con el estilo de vida que lleve el paciente.
Los antidepresivos
Debido a que su función va directamente sobre el sistema nervioso central, se pueden ver alteradas algunas actividades propias del organismo, haciendo el metabolismo más lento o interfiriendo en la capacidad del cuerpo para quemar las grasas. De todos los medicamentos que engordan que ya hemos mencionado, los antidepresivos son los únicos que pueden provocar un aumento de peso lento pero constante, que se suma a la propia inactividad de la persona debido a su estado depresivo, por lo que se podría decir que es el medicamento que más engorda.
Recomendaciones
Es importante aclarar que si bien los medicamentos antes mencionados pueden llevarnos a ganar algo de peso, estos son recetados para condiciones específicas y por ningún motivo debe ser suspendido su uso sin la previa aprobación de un profesional de la salud.
Aunque algunos efectos secundarios que provocan los fármacos pueden resultarnos poco agradables, es importante siempre valorar los beneficios que estamos recibiendo de su utilización, los cuales en el caso de las medicinas mencionadas anteriormente, superan por lo mucho los efectos secundarios que se puedan experimentar.
Ante cualquier cambio de peso a causa de medicamentos, o cualquier otro efecto secundario, será siempre una buena idea consultar con el médico para que determine las acciones correctas a seguir para lidiar con dicha situación.
Generalmente, un cambio simple en el estilo de vida con la incorporación de una dieta saludable y un plan de ejercicio, pueden ser suficiente para mantener el balance del cuerpo mientras se utilizan estos medicamentos.