La paroxetina es un antidepresivo parte de un grupo de medicamentos llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). La paroxetina se usa para tratar la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo, trastornos de ansiedad, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y el trastorno disfórico premenstrual (TDPM).
Buscar ayuda para tratar los trastornos depresivos y seguir adelante con medicamentos antidepresivos es un primer paso valiente e importante en el camino hacia la recuperación de las personas afectadas por este padecimiento. Sin embargo, con demasiada frecuencia, los que toman ese paso se encuentran frente a otro problema preocupante: el aumento de peso.
Paroxetina y aumento de peso
Los expertos afirman que más del 25% de las personas que consumen medicamentos antidepresivos populares de la línea ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) como: Lexapro (Escitalopram), Paxil (Paroxetina), Prozac (Fluoxetina) y Zoloft (Sertralina) pueden sufrir como efecto secundario un aumento de peso de 10 libras o más.
Norman Sussman psiquiatra y decano asociado de programas médicos de postgrado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York indica que este es un fenómeno que notaron por primera vez años atrás, cuando el Prozac llegó por primera vez al mercado. No se mostró inicialmente en los ensayos clínicos, porque la mayoría de ellos eran de 8 a 12 semanas de duración y el aumento de peso se produce por lo general en un período de tiempo más largo, pero es sin duda uno de los efectos secundarios de este y otros medicamentos antidepresivos.
Una revisión publicada en 2003 en el Cleveland Clinic Journal of Medicine indicó que, si bien el aumento de peso es un efecto secundario posible con fármacos antidepresivos ISRS, puede ser más probable que ocurra después de seis meses o más de uso.
El Dr Sussman señala que hay un efecto metabólico y de apetito, los pacientes indican que no están comiendo más, pero aun así ganan peso, por lo que hay algún tipo de influencia metabólica ocurriendo; también hay pacientes que no sólo sienten más hambre y que comen más, sino que los medicamentos les llevan a un antojo de carbohidratos que es difícil de controlar, por lo que el apetito es otro elemento en juego.
Algunos expertos creen que el aumento de peso en las personas que siguen tratamientos antidepresivos con medicamentos como la Paroxetina está relacionado con la sensación de bienestar que les brindan y la sensación agradable que llegan a experimentar al realizar las actividades que antes no podían, incluido dentro de ellas la comida.
El Dr. Sussman señala que en este momento, el Paxil cuyo componente activo es la Paroxetina es el peor criminal, es el antidepresivo más propenso a causar aumento de peso, mientras que otro ISRS como el Zoloft, es el que menos probabilidades de aumento de peso ha demostrado.
La recomendación de los expertos es que el paciente consulte con su médico tratante sobre la posibilidad de utilizar otro medicamento, aunque advierten que cada paciente es diferente y en ocasiones encontrar el medicamento más adecuado para tratar la depresión es un proceso complejo, de allí que lo ideal sea que tan pronto como se inicia un tratamiento con Paroxetina se inicie también un plan de alimentación saludable y de ejercicio.